domingo, 28 de agosto de 2011

Un mito : El descenso del Sella (Asturias)




Que lejos parece quedar el verano, de golpe estoy en la rutina de Madrid y pensando pensando, he decidido sacarme las telarañas que me atenazan y traeros la maravillosa aventura que corrimos. Para todo aquel que le guste navegar en canoa, el descenso del Sella es un mito, algo que este mes de Agosto pude hacer al finnnnnnn. Después de pasar 10 días con los niños, decidimos darnos un pequeño respiro y nos hicimos una buena escapada por Asturias : La Franca -una playa preciosa con un único hotel en la misma playa-, Llanes, con lugares mágicos, (Cue, Toró, el Pº de San Pedro)su costa fue donde vi por primera vez el mar (a los 21 años) y RIBADESELLA, si y aquí paseando por esta bonita población vi una de las innumerables tiendas donde te ofrecen deportes de aventura, así que ni pintao, entré y aunque me costó trabajo convencer a Juanignacio, en menos que canta un gallo estábamos apuntados para una excursión al día siguiente. Te recogían con una furgo y te trasladaban al curso alto del río, Arriondas, 15 kms y más de cinco horas de remo. La ilusión de mi vida. Había gente que pedía trajes de neopreno, luego entendí por qué.
Un poco de historia, en 1929 Benigno Morán y Mané Fdez hicieron una excursión que sería el germen de lo que hoy es el internacional "Descenso del sella". Y no me extraña que sea tan famosa pues el entorno es increible, el río baja entre montañas que caen a pico, el curso fluvial es rápido y emocionante. Y en las orillas hay paisajes divinos. Tiene curvas dificilísimas y piedras que afloran y te hacen encallar - a nosotros nos pasó varias veces, teniendo que echar pie a tierra, empujando y vaciando la canóa pues se nos había inundao de agua al caer al río desde un tobogán. También nos estrellamos 3 ó 4 veces en la orilla a una velocidad de vértigo, pues la corriente nos impulsaba y no podíamos rectificar la dirección. Aunque nos dieron un breve cursillo de como remar y frenar en seco. Fue toda una aventura que al principio nos tenía agobiados, luego fuimos aprendiendo los trucos y pudimos disfrutar, si bien nunca podías bajar la guardia. Lo recordaré como algo bonito e inolvidable. Y aquí van unos versos de un ribasellano :
"Guarde el público silencio(bis) y escuche nuestra palabra (bis) De orden de Don Pelayo después de medir las aguas, presidiendo el dios Neptuno los actos de esta olimpiada, con las novias, los tritones, el cañón, los centauros y Pialla, nuevamente se autoriza, en Arriondas la salida, y la meta Riosellana. Y cuando demos los vivas que el reglamento nos manda, contesten todos a coro, enronquezcan las gargantas, que es fiesta de toda Asturias..."

Las fotos lamentablemente las he perdido, las descargué en Picassa, las transformé en película y ahora no las encuentro. Nunca me había pasado y justo me ocurre con la hazaña de mi vida. La verdad es que ha sido un verano tan movido, hemos viajado tres veces al norte a ver a nuestros niños. Pero siempre me quedará el recuerdo inolvidable de navegar por el Sella. Os lo recomiendo.
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