Mostrando entradas con la etiqueta Guadalajara. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guadalajara. Mostrar todas las entradas

viernes, 23 de junio de 2017

Campillos de Rana, El Espinar y Campillejos : los pueblos negros de Guadalajara,

Ayer e invitados por la Com. de Madrid por nuestra labor de voluntariado en el C. de Mayores de Aluche, visitamos los pueblos negros de Guadalajara que al quedar abandonados totalmente, llegaron hasta nosotros con esta peculiar arquitectura, construida a base de pizarra negra, en una zona tan aislada y difícil de nuestra geografía. Pero de una hermosa belleza agreste y montaraz tan especial. 

En la foto El Espinar,  con el Pico del Ocejón al fondo, 2.049 m. y perteneciente a la Sierra de Ayllón, del que proviene la pizarra para la construcción de todos los pueblos de esta bellísima y poco conocida comarca.  

Campillos de Rana, el pueblo hasta donde nos dirigimos espléndida la reconstrucción y sus tejados, nos traslada a otros tiempos que se intuyen de escasez y dureza, pues el terreno es yermo, difícil de labrar y tampoco abundaban los pastos precisamente. 
Su iglesia, centro de la comarca totalmente construida en pizarra a excepción de las esquinas en pedernal, más escasa  y empleada también como ornamento.  

Gracias al turismo ha vuelto la vida a estos remotos parajes. El suelo se ha añadido en época moderna también de pizarra. 

 Bonita y aireada carpa, donde comimos un fresco salmorejo, costillas asadas y mousse de chocolate, en este peculiar sitio, dando vistas al jardín y al pueblo.  

 Restaurantes  y Casas Rurales son las que mantienen y llevan visitantes como turistas y senderistas a este original paisaje. 



 El Hayedo de Tejera Negra, no lejos de aquí,  da nombre al restaurante, a la vez hospedería, donde nos repusimos cumplidamente. 




Otro pueblo que visitamos fue Campillejos, que más pequeño presentaba la misma arquitectura; toda esta zona está regada por el río Jarama y Jaramilla que luego pasa por la provincia de Madrid. 
Casas de 2ªs residencias o fines de semana, conservadas con gran trabajo y esfuerzo, en memoria de las sufridas generaciones que habitaron estos pueblos y supieron sobrevivir a tantas dificultades y a un durísimo clima de nieves y fríos inclementes. 

La Corte o tenaos donde se guardaban los animales, sin ventanas, o muy pequeñas, para conservar el calor. 




Aquí se ve la colocación de las tejas de forma tan especial en la cúspide de los tejados, contrapeadas las pizarras.  

La iglesuela de El Espinar, enlucida con yeso encima de la pizarra para darle un toque de distinción a la desnuda pizarra. 

Nuestro guía que entusiastamente nos iba deleitando con la historia y modos de vida de la zona, nos hablaba de como la alfarería y la miel eran productos famosos, que los habitantes de aquí llevaban a la campiña para curar los resfriados. También nos hablaba del embalse  El Vado y un pueblo llamado La Vereda donde el Seprona confiscó las viviendas por ser un sitio de especial belleza y lo dio a una asociación de arquitectos de Madrid para que mantuvieran la villa, mediante una cuota se podía ocupar una vivienda pero no daba derecho a su posesión. Al principio no había ni agua ni luz. Hace muchos años que la visitamos, el hijo de un amigo, Quique, tuvo una. Pero esa es otra historia.....  

domingo, 11 de octubre de 2015

Mondejar, continuación

Convento de San Antonio, espléndida portada plateresca que da idea de la grandiosidad que debió tener en su época original, al fondo el hastial del testero, sus piedras están diseminadas por otras construcciones del pueblo. 
"Atribuida al arquitecto Lorenzo Vázquez, introductor del Renacimiento en España, por encargo del conde de Tendilla,3 la construcción del convento —fundado en 1489—nota 1 se remonta a finales del siglo XV (la iglesia es posterior).2 5 La desamortización de 1835 conllevó el abandono definitivo del convento2 por parte de la orden franciscana. Las piedras de la construcción fueron utilizadas en 1916 para la construcción de la plaza de toros de la localidad.5 2
Las ruinas del convento y la iglesia fueron declaradas monumento histórico-artístico —antecedente de la figura de bien de interés cultural— mediante una Real Orden el 18 de enero de 1921"
 Confraternizando con los naturales del pueblo, orgullosos de sus orígenes, es la diferencia entre hacer turismo o viajar hablando con la gente de los lugares que visitamos. 
 Declarada Monumento histórico artístico. XVII
 Restos de la muralla, se adivina los inicios del arco en su parte Sur....nos encontramos con bodegas para el vino y almazaras para el aceite, productos con d.o.  
 El Ayuntamiento, por dentro tenía estas adornadas vigas que con las claraboyas daban un bonito conjunto. 
 Y de camino a la Ermita nos encontramos con la Vía Verde del Tajuña, antiguo trazado ferreo hoy convertido en paseo para las bicis y caminantes. 
 Una cuidada colina alberga la Ermita de San Sebastian, no pudimos ver sus esculturas de Pastores y Judíos que tanto nos alabaron, porque literalmente "hablan". Hay que pedir la visita en el kiosko de prensa.  
 Fijaros en la sombra, parece una pintura, es un efecto del calado metálico. Tiene mucha devoción en la comarca. 
 Y desde la Ermita:  La Alcarria, bien cuidada, pero solitaria y con su propio lenguaje nos habla de cuantas generaciones se han alimentado de estas tierras y del trabajo incansable del agricultor. 
 El horizonte casi infinito nos dejó pensativos y mudos, un buen rato pasamos ante esta belleza sin palabras.....
 Y otro horizonte, esta vez el del pueblo, con su perfil inevitable de la iglesia de Sta.Mª Magdalena....

 Y última parada en Mondéjar y uno de sus lavaderos, donde nos comimos el bocata, al arrullo del manantial y a la sombra de la barbacoa. Bien cuidado el entorno. No podemos dejar de evocar los trabajos de las mujeres lavando la ropa para procurar higiene a los suyos. También un reparador descanso después de recorrer Mondéjar, nos lo merecíamos.....
 El Acueducto para el agua y para salvar el arroyo, a la entrada del pueblo, de noche nos han dicho que lo iluminan y es muy vistoso. 
Y ya de regreso los dorados de la vega del Tajuña, pueblos como Orusco, Carabaña, Campo Real y sus aceitunas únicas ...., merecen recorrerse pues tienen un bellísimo paisaje y gran contenido artístico. 

sábado, 10 de octubre de 2015

MONDEJAR, Guadalajara

Un día que coincidí con un antiguo compañero Pedro López Dieguez 
en unas conferencias de la Fundación Barreiros, me habló sobre un  trabajo que realizó sobre su pueblo:  "Mondejar Crónica incompleta", y por sus charlas y exposiciones ha recibido el título de su Ayuntamiento de hijo Predilecto y Adoptivo, en la foto, así que nos contagió su entusiasmo y ayer fuimos a conocer este bonito pueblo de la baja Alcarria. Nos gustó tanto que he decidido compartirla aquí.
La historia de Mondejar se remonta a finales del s. XI, cuando gracias a las fértiles vegas que riegan los ríos Tajo y Tajuña permitió el asentamiento de agricultores. Más tarde formaban parte de la Orden de Calatrava, aunque posteriormente dependieron del reino de Castilla. 
Sancho IV favoreció el comercio y Mondejar se convirtió en un centro importante comarcal. Sin embargo la aparición de la poderosa familia de los Mendoza fue decisivo en la historia de la Alcarria y de toda la provincia de Guadalajara.
La imponente iglesia de Sta. Mª Magdalena sorprende por su grandiosidad, 1ª mitad del s. XVI el primer Marques de Mendoza la manda construir, y presenta gótico, renacentista y plateresco, su interior nos sigue impresionando  por su gran riqueza ornamental. 
El Ayuntamiento a través del trabajado enrejado. En el s. XIX con la abolición de los señoríos, Duques de Tendilla, Marqueses de Mondejar  dieron a la población un magnífico patrimonio monumental. 
La plaza asoportadala tiene un carácter dinámico, lleno de vida, son famosos sus asados de cordero, migas y productos de la huerta, también los dulces elaborados con la famosas miel de la Alcarria, como los nuégalos o turrón a lo pobre, debido a la abundancia de la almendra.  
web Herrera Casado. En la guerra civil el magnífico retablo fue dañado y se restauró en 1.996
Elegante gótico que da soporte a las tres naves de buenas dimensiones. De la escuela Machuca.  
El coro plateresco es uno de los más importantes de este etilo, rematado con bóveda de crucería. Escudos de los Mendoza. 

Detalle del altar en bajorrelieve, muy colorido,  la última cena.




No pude resistir la tentación, eran tan rococos y brillantes que me estaban diciendo :  "Mira que lucidos"

La puerta de madera que mira al altar aunque no tiene la grandiosidad de la principal aún conserva su belleza


Y que mayor arte que la de esta señora del pueblo tirando del carro para alimentar a su familia, un monumento para ella. Voy a continuar en otro post pues es mucho lo que tiene Mondejar. 


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...