Si el yoga proporciona calma, sosiego y armonía, imaginaros en este entorno. El profe nos enseñaba una técnica de respiración, pero primero teníamos que notar el pulso.
En esta de más abajo terminábamos de hacer una rueda de energía, de limpieza, se manifiesta en la cara de felicidad.
Y es que el paisaje de la campiña a los pies de Somiosierra, con el pico de Linar del Rey al fondo, nos proporciona un marco incomparable.
Camino de la alameda, por la vereda que se estremece al ritmo de sus caderas....Recogía la risa de la brisa del río y al viento la lanzaba, del puente a la alameda, deja que yo te diga Membrillera, ¡ay! deja que te diga mi sentimiento, a ver si así despiertas del sueño del sueño que entretiene tu pensamiento. Aspiraba la lisura .....El puente naturalista nos brinda una buena estampa del río Bornova y sus "yoginis"
De Mariana son muchas de las fotos, ella tiene una gran sensibilidad. Y tengo tantas que haré otro post para mostrar la casa de las tradiciones. No hay que perdérselo.
Membrillera es un pueblo encantador, lleno de vecinos deseosos de agradar y de explicar la historia de su tierra. Tienen una asociación de vecinos que autogestionan muchas actividades y la recuperación de sus tradiciones.
Bueno y si entramos en la gastronomía, este pan lo dice todo, hasta la forma ha querido ser artista el panadero.
Además antes de los arroces, el menú incluía unos gambones riquísimos, después degustación de arroces, en paella y al horno (con chorizo, morcilla, garbanzos, etc etc)
Venía caudaloso, aunque se podía cruzar a pie.
La jornada de yoga cumplió ampliamente sus objetivos, buen ambiente, inmejorable paisaje, yantar exquisito (un aplauso para Roberto y su equipo que con tanto esmero nos cuidó) y bienestar para el espíritu y la mente -que tanto es menester en los tiempos tan difíciles que nos está tocando vivir-.