Después de bajar del tren y decir adios a la montaña que "nunca engaña",
decidimos hacer una parada en San Juan de Luz, este elegante pueblo que
rezuma belleza y encanto.
Sus escaparates, sobre todo de pastelerías, (nos tomamos unos crêpes con nutela a la salud de Koral, que tanto la gustan) daba gusto pasear por sus calles tan cuidadas y repintadas.
Esta foto hace honor a la luz de San Juan ¿verdad? apetecía un baño, además el mar parecía un plato -sucede así cuando el viento es del sur-
Juanignacio llegó caminando a la punta que se ve al fondo, es un parque encima de un promontorio con un paisaje precioso.
El paseo marítimo, donde no faltan los antiguos palacios, hoy convertidos en hoteles, claro.
Y fijaros que flores adornaban el paseo, tan vistosas que no pude resistirme hacer la foto.
Me faltaron fotos del puerto, pero ya el tiempo no daba para más, de todas formas os dejo un enlace por si quereis deleitaros con esta villa tan bonita-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario