NIEVE EN EL CASTAÑAR

Un día mágico en el Castañar de El Tiemblo, en las loberas, con paisaje que abarca tierras de Toledo, Madrid y Avila, y nieve hasta casi la rodilla, en algunos tramos. Jornada inolvidable, belleza que te trastorna el animo...

 Ahí vamos, no hay que perderse ninguna perspectiva, al fondo Cabeza La Parra, a la izqda. los castaños que dan nombre al lugar. Los tonos mágicos del programa de Google, me prestó estos bonitos efectos. 

 La carretera que sube hasta el castañar, separada por la humbría del arroyo que nos da regadío a la huerta en verano y ricos tomates que comer con pan del pueblo. 

 El camino nos espera, a la derecha el "prao de los avellanos", de frente rumbo a la vertiente con el Valle del Tietar

  

 Una pose romántica, que nos robó el fotógrafo....jajajay es que el ambiente no podía ser más propicio.....

 La fuente que en verano corre fresquita y nunca se seca, ahora aparecía sólo  con nuestras huellas. 

 Ya habíamos tomado altura, C. La Parra parecía que podíamos tocarla, tal era la limpieza del aire, al fondo el Portacho

 Fue una experiencia singular, nieve virgen y hasta casi las rodillas, sin un alma, sin atascos, paz y silencio sólo interrumpidas por el crac de nuestras pisadas. Al fondo La Paramera de Avila. 

 El valle del Tietar, el cerro de Cadalso de los Vidrios, y Madrid en lontanaza, veíamos hasta las cuatro torres. 

 El Traviés, en cuyas faldas se encuentra El Pozo de la nieve, (s. IX) al que en un principio íbamos a ir. No nos arrepentimos del cambio de planes. 

 El Cerro Guisando se alza majestuoso, ahí cambió la Historia del Mundo, ya lo he dicho muchas veces jajaja

 Y por la tarde después de comer, abrigados por el bosque hicimos la ruta tradicional, desde el refugio, hasta las praderas de Garrigues, el Venero Resecadal, y vuelta al circuito donde habíamos dejado el coche. 

 Sombras que alargaban el atardecer y se encelaba tras los enhiestos troncos de los castaños, el sol quería acariciarnos y darnos su tibio calor, y llegar hasta nosotros.