Y DE NUEVO CABEZA LIJAR

El martes pasado y después de tres años hemos vuelto a este excepcional balcón que es  Cabeza Lijar, una cumbre de Guadarrama desde la que se contemplan unas vistas grandiosas, tanto de Segovia, Avila y Madrid, el mirador está situado sobre un antiguo bunker de la guerra civil y hemos disfrutado de un paisaje total, eso si, nada de nieve, solo la que divisábamos al fondo en Gredos con el Almanzor y el circo todo blanco...

 Girones de niebla cabalgan por la montaña, ¿que buscarán en su eterno deambular? 

 En la subida ya veíamos un embalse, la Jarosa y además la temida contaminación de Madrid que se sobreponía a la niebla.

 El camino que cogimos desde el Alto de El León está lleno de torres de transmisión, para repartir a las dos mesetas.  

Cabeza Lijar nos espera hasta ahora solo unos cuantos repechos fuertes, lo bueno viene después. 

 Los montañeros infatigables comienzan la ascensión, un par de horas nos llevó el camino. 

 El bunker impasible nos depara vistas increíbles, es un buen refugio bien cuidado y confortable. 

 Los orígenes del montañismo, la belleza de la tierra que escribió Unamuno, uno de los primeros escritores amante de las cumbres. 

 Los cúmulo-nimbos comienzan a llegar desde la meseta norte, los pueblos de la sierra de Madrid nos esperan más abajo. 

 La telúrica belleza de la naturaleza con la piedra y el árbol castigados por los elementos.

 Con mis botas nuevas que me han traído los reyes magos, esta vez no pudimos pisar nieve.