LA CASCADA DEL PURGATORIO, Rascafría (Madrid)

Ayer viernes un buen amigo nos invitó a conocer la cascada del Purgatorio, situada en Rascafría, y cuando terminamos la marcha comprendimos el porqué de este peculiar nombre. 

Pero al llegar se nos olvidan todos los contratiempos, aquí estamos, saboreando la gesta de haber superado un sendero pedregoso, admirando la cascada y el encajado cauce que salta por entre las rocas y se abre paso con fuerza. 

Sería estas aguas las que se encontró Don Quijote en su episodio de los batanes??

foto de wiki

 La carretera a Rascafría es una belleza de vegetación caducifolia, entras en un paraíso de verdor, aún fragante a pesar de que los calores ya están arreciando. 

"El puente actual debió construirse en el s. XVIII para facilitar el tránsito del monasterio al molino de Los Batanes; se cuenta que con el papel fabricado en este molino se editó la primera parte del Quijote".  

 En este puente del Perdón los reos pedían el perdón por sus culpas, si lo obtenían se iban tan contentos. 

"Situado a 98 km. de Madrid y a 2 Km. de Rascafría, en la cabecera del valle del Lozoya y dentro del área de influencia del Parque natural de Peñalara. Enclave con fuerte tradición histórica en la comarca. Se encuentra frente al Monasterio de El Paular (a partir del s. XIV), pasado el puente del Perdón, donde un tribunal juzgaba por última vez a los reos del s. XIV de camino a la horca. 

En el camino de Los Batanes, enfrente de El Paular,  nos encontramos con este paraje singular de Las Presillas, formado por las aguas del río Agullón, represada y rodeada de hermosas praderas verdes, y aunque en la foto no se ve está el Peñalara majestuoso al fondo. 

 Varios autocares de colegios llenaban las Presillas, los chavales y chavalas, disfrutaban de un día libre por el campo. 

 La marcha transcurre en gran parte al borde del río, que llega formando pozas y pequeños saltos, que hacen delicioso el paseo. 

 
 Un bosque de robles melojos y rebollos cubre gran parte del valle del Lozoya 

 Al principio el camino discurre  por una pista forestal sin ninguna dificultad, pero los espacios con sombra son escasos, por eso se recomienda hacer la marcha sin calores, a muy primera hora, en el verano. 

 Rascafría al fondo a la derecha y el Paular casi escondido en un pliegue del monte, el valle nos deja esta buena estampa.

 A partir de este puente comienza la verdadera ascensión, el valle del río Agullón se va estrechando y acabaría en picachos verticales. Unos caballos pacen al fondo del prado, más lejos el monte más arriscado. 

 Arreglando algunos inconvenientes de la dura marcha, nos esperaba en los últimos tramos un verdadero sendero de cabras. 

 Esto es una pequeña muestra de lo que nos esperaba, en total 14 kms de andadura desde El Paular, que por cierto está cerrado según un cartel, para actualizar su estructura. 

 Andando airosamente con nuestros bastones, ¡ay si no fuera por ellos!, sobretodo al bajar, el trabajo de las rodillas y los tobillos se hace más llevadero, nuestro amigo nos da instrucciones de como llevarlos, caminar con ellos.... es un verdadero experto, no importa la edad, lo que importa es la forma física que conservamos gracias a estas maravillosas caminatas. 

 La tarde se nos puso oscura, tuvimos que terminar el bocata deprisa y corriendo pues las nubes amenazaban con descargar toda su furia. Oíamos los truenos....aunque afortunadamente se fue la tormenta en otra dirección y solo fueron unas gotas ocasionales. 

 Y aquí están los picachos y las rapaces que merodeaban anidando en sus paredes verticales.