EL VADO de las CABRAS

De río moros

A veces una bocanada de sol transformaba el paisaje y nos envolvía de optimismo el camino. Eramos conscientes de que estábamos solos en varios kms a la redonda. Recordábamos haber leido que en el valle de Lozoya los lobos habían atacado al ganado, pero no íbamos a dejar que ningún mal pensamiento nos arruinara este bonito paseo.

De río moros

Conviene fotografiar documentación del lugar. Porque el entorno se lo merece.

De río truchero

Los bastones son una ayuda inestimable, te proporcionan un tercio de las energías que desgastas, y al bajar son insustituibles.

De Embalse "Vado de las Cabras"

Y al final del camino nos encontramos con este embalse. Estaba helado, lo que da cuenta de la temperatura ambiente, nos sentamos sobre las mochilas para comer un frugal bocata y las manos se nos quedaron heladas, tuvimos que levantarnos raudos y veloces, pues caminando se mantiene bien la temperatura del cuerpo, pero además el sol nos había abandonado. Nos compensó el paisaje pues por primera vez en el recorrido vimos cumbres.

De Vado de las Cabras

Fijaros en los islotes de agua sin helar, el astro sol quería salir tímidadamente, era hora de regresear, no queriamos que se nos hiciese de noche y comenzara a helar en el camino.

De los reflejos en el agua

De atardecer

¿A que merece la pena el paseo? El silencio fue la nota dominante, solo el rumoroso riachuelo llenaba nuestros oídos. Hemos quedado en repetir la excursión el dia 8 de Enero, pues hay mucha gente que quiere conocer el paraje.