Membrillera es un pueblo de Guadalajara enclavado en plena campiña, pero también avista La Alcarria y la Sierra de Ayllón y allí estuvimos el domingo pasado, con el mejor cicerone : Roberto, que a lo largo de toda la jornada nos enseñó este bonito trozo de Castilla La Mancha.
El horizonte se pierde en la distancia y el color nos hace distinguir la cebada del trigo, según sea más claro u oscuro respectivamente.Ya veis que diferente paisaje, esta foto es un caz para el regadío, sacado del río principal. El sitio estaba alejado y recóndito.
El Bornova que corre desde las montañas y se deja su caudal embalsado para dar de beber al Henares y a todo su valle. La transparencia lo dice todo.
No podíamos dejar de fotografiar al membrillo, que le da nombre, aunque actualmente no hay mucha abundancia que digamos.
La casa de las tradiciones, que esconde verdaderos tesoros de los aperos antiguos y modos de vida del pasado más reciente.
El nogal también da sus frutos en las huertas de Membrillera, caminamos por los surcos y cerca del molino caído, nuestro amigo nos iba relatando mil y una aventuras vividas en su niñez y adolescencia. Roberto y Juan Ignacio abriendo la puerta y la senda hasta franquear la entrada. Hay mucha historia en este lugar, como la Caseta del moro, recuerdos de la reconquista. Seguiré poniendo fotos de Jadraque, donde comimos un cabrito sabroso o de Cogollugo que nos sorprendió con su belleza. Fue un día muy muy aprovechado.
Una pena que actualmente los cultivos tradicionales se hayan cambiado por el transgénico maíz que hace unos años se implantó aquí con sistemas de regadío en altura. Supongo que no existía la información que hay hoy de que la manipulación genética comercial acaba con las variedades autóctonas y originales de cada comarca.
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