lunes, 21 de enero de 2019

Piedralaves, Avila

Piedralaves es un pueblo del Sur de Gredos, Avila. tiene algo más de 2.000 habitantes y se distingue por su belleza paisajista, su clima suave en verano, su casco histórico bien conservado, pero con todo esto lo que más me gustó fue  
  sus gargantas naturales que atraviesan el pueblo y que dejan rincones como el de la foto, bellísimas y deliciosas para tomar un baño o simplemente disfrutar de su belleza oyendo correr sus aguas en cantarines susurros. Su nombre aparece por primera vez en el libro de La montería de Alfonso XI ¨Pie de Labas" más tarde en los siglos XV y XVI ya figura Piedralaves.


Garganta de Nuño Cojo
Fuimos con un grupo de amigos y familiares y aquí estamos preparando el fuego de la barbacoa, para alegrar el día y probar las exquisiteces de la ganadería de la sierra, igual que las frescas verduras de su rica huerta.
En La charca de la Nieta, una pequeña presa que permite nadar en las frescas aguas y tonificar los músculos, con lo cual el cuerpo agradece el chapuzón, y sales 20 años más joven....al menos eso dicen los naturales del lugar....jajaja

Cristina la anfitriona hace tiempo que vive y disfruta las bellezas y la amabilidad y hospitalidad del pueblo. 

Y por la tarde nos fuimos a recorrer el pueblo que nos agradó sobremanera, por lo bien conservado y restaurado que está su casco histórico. Declarado bien de interés nacional.

Callejeando íbamos descubriendo rincones encantadores llenos de sabor a piedra de otros siglos que aún nos hablaban de su belleza y tradición.  
La iglesia de San Roque s. XVIII, con la torre del reloj separada. Las fiestas se celebran el 16 de Agosto, es muy popular y participa todo el pueblo y sus visitantes.

Vistas desde el altozano que rodea a la iglesia, desde donde se contempla las montañas del enclave.








Las casas abalconadas de madera son muy típicas en el pueblo y se restauran conservando su factura original. Era una gozada pasear por tan bonito entorno. Ojalá todos los pueblos estuvieran en este estado, pues eso atrae al turismo y hace que el pueblo no desaparezca en su esencia e historia. Es un patrimonio a cuidar.





Y ya terminando el día visitamos una terraza con encanto, con el añadido de estar a la vera de la garganta, muy frecuentada y que nos confortó de las emociones del día.


Vista de la terraza desde arriba, escondida entre castaños y adornada con el festón del agua que baja incansable aún a pesar del estío. 











Cruz de los enamorados. y calle adoquinada en piedra, armonizando con la construcción de las casas.











La plaza mayor conserva los gallardetes y banderas de las fiestas....Nos la imaginamos con el bullicio de la gente celebrando sus fiestas con bailes y vestidos bonitos. 















Día inolvidable de amistad en compañía de seres queridos y con la perrita de Cristina y su hospitalidad. Risas, charlas, anécdotas inacabables..como la vida misma. 





Sombra reparadora de la parra y vegetación envolvente que nos habla de la belleza de la vida en estos gratos momentos. Volveremos a pasear y a encontrarnos. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gloria eres una superdotada no se puede hacer mejor que tu lo haces, ya me quisiera parecer un pelo a ti que Dios te conserve muchos años. un beso

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