En este viaje a Donosti, paseando por el palacio de Miramar, en la playa de la Concha, me topé con un busto y una inscripción que me intrigaron. Hacían referencia a este personaje, así que decidí investigar más sobre ella y esto es lo que he encontrado:
Nació en San Sebastián en 1592, hija de una familia distinguida que la ingresó a los cuatro años de edad en un convento de monjas de clausura. Con un amor casi salvaje a la libertad, que nunca perdería a lo largo de toda su vida, el 18 de mayo de 1607, con quince años, escala la tapia del convento y se escapa al bosque. Según su propio relato, vaga por él durante tres días, mientras sobrevive a base de frutas y raíces, hasta que logra robar ropas de hombre y, disfrazada como tal, refugiarse en Vitoria. Durante varios años, siempre como hombre, recorre buena parte de España y realiza diferentes oficios para sobrevivir, hasta que finalmente se embarca como grumete en un barco rumbo a las Américas. Al llegar a tierra deserta –y tras desempeñar varios oficios serviles (dependiente en una tienda y administrador de un rico comerciante, entre otros)– entra a servir al rey como soldado, ocupación en la que llega a distinguirse en las guerras contra los araucanos y obtiene, finalmente, el grado de alférez. De carácter altivo y poco sociable, sostiene numerosos duelos y pendencias, y por culpa de uno de ellos es condenada a muerte en La Paz, aunque huye del presidio al robar la sagrada forma con que le iban a dar la última comunión. Tras varias andanzas más, resulta herida en un duelo y, al infectarse la llaga y creer que va a perder la vida, hace llamar a un obispo y se confiesa a él y le revela su verdadero sexo. Otros dicen que la confesión al obispo la realiza para salvar la vida, buscada como estaba por la Justicia. Sea como fuere, revelada su condición de mujer y sobreviviendo de este lance como ha sobrevivido a mil más, vuelve a España el 1 de noviembre de 1624. Como mujer (y monja) que ha vestido de hombre muchos creen que el Santo Oficio hará con ella una bonita hoguera. Sin embargo, el rey Felipe IV tiene sus hazañas como cosas de gran prodigio y le concede una pensión de 800 ducados en agosto de 1625. Luego es recibida en audiencia por el papa Urbano VIII, que le concede la dispensa de vestir de hombre. Reside algún tiempo en Nápoles y Madrid, para finalmente embarcar nuevamente hacia América. Su pista se pierde en 1635, cuando desembarca en el puerto de Veracruz. Poco más se sabe de ella, aunque se cree que murió en 1656.
Su vida resulta difícil de creer, pero tenemos pruebas documentales de que no es un personaje de ficción: el cuadro que le hizo Pacheco, el suegro de Velásquez, en 1630 (y que se encuentra en la Galería Shepeler, de Aquisgrán, por si tienen curiosidad) y “El memorial de los méritos y servicios del alférez Erauso”, redactado a instancias de la propia Catalina, que se encuentra en el Archivo General de las Indias." (del blog de Ricardo Ibañez)
He consultado más páginas y es admirable como se recorrió América del Sur, (en el siglo XVII) sus aventuras son increibles, llegó a matar a su propio hermano, que no la reconoció. Su vida fue apasionante y daría para escribir varios libros. Me imagino la escena saltando de noche la tapia del convento ¡una monja¡¡¡ Cada día se descubre algo nuevo.
4 comentarios:
se ve que era una mujer de armas tomar. Pilar
Si que lo era, se ve que vivió la aventura a tope.
También me estás recordando la historia que tanto me gusta, la que cuentas de la monja alferez ya la sabia y me la has recordado, sigo diciendo que eres un sol.marivi
marivi, me alegro que te guste la historia y q ésta la conocieras, eres una mujer muy culta. gloria
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