Retiro de Yoga en Miraflores

Este finde y como estaba previsto estuvimos en el curso de yoga en plena sierra. Aparcamos todas las preocupaciones, todos los problemas y suavemente nos invadió el yoga, el espíritu del grupo tambien nos envolvió, y de nuevo se produjo la magia de la serenidad, del reposo. La foto es en un momento de meditación en plena naturaleza. 



Haciendo estiramientos, aún no había empezado lo bueno, era la sesión de la tarde, por la mañana a las 7,oo h. estamos más serios, pues el madrugón es muy fuerte.

 
Las flores eran un espectáculo para la vista, una maravilla, se mecían con la brisa y nosotros nos dejábamos arrullar. (que poético me ha salido)

Amplios horizontes, el pantano de Guadalix al fondo.

No todo fue yoga, no, que hubo tiempo para refrescarse -y nunca mejor dicho- pues el agua no estaba precisamente muy caliente...

La foto de abajo es Canencia con el valle esplendido por la vegetación, vimos flores que nunca había visto, disfrutamos de muchas plantas olorosas como el cantueso, el espliego,

Detalle del cuidado jardín de la casa, que aparte de casa para grupos, es también colegio.

 
Este es el edificio donde nos alojamos, está en una urbanización y lo regentan las hermanas de la caridad de una orden religiosa. Fue fundada por la titular del cartel. Era hija de un gobernador militar vasco, casada con una peruana descendiente de los incas. Nació en Filipinas. (s. XVIII)En esa época las trescuartas partes de la población era analfabeta y esta mujer de gran empuje, se dedicó a la enseñanza, fundó varios colegios y casas de ejercicios espirituales. Nos atendió la hermana Mª Jesus, palentina, que había estado 22 años trabajando en Puerto Rico, Venezuela y Chile. También una sor de Angola.

La noche del sábado hicimos una velada creativa y Yolanda con su arte y su gracia nos revolucionó con esta agradable sorpresa, ¡que bien lo pasamos¡. Fue una actuación con soltura y belleza. Yoli estuvo increible. Después todos queriamos bailar la danza del vientre, pero... claro. También recitamos poesía, y cantamos de todo un poco.

Fue un curso inolvidable. El yoga nos permitió también debatir temas tan interesantes como el apego y el desapego. Hubo gente que hizo silencio. -durante un tiempo no hablaron-. Conocimos a mucha gente interesante. Charlamos de mil cosas y recibimos la energía de los demás. Cargamos pilas. Y volvimos con el cuerpo y la mente más abierta y flexible.