Crucero por las Islas Griegas

Así de entrada no suena mal ¿eh? Era un sueño largamente acariciado y por fin y tras muchos devaneos nos embarcamos y nunca mejor dicho en este proyecto, eso sí por la Com. de Madrid que algo subvenciona. Volamos de Madrid Atenas y nos dirigimos al puerto de El Pireo dónde está nuestra nave

Y  bueno, aquí comenzamos encontrándonos con la realidad, el trasatlántico tiene unas medidas descomunales, el Horizon está construido en Alemania, con bandera de Malta, su peso es de más de 46.000 tn., su velocidad max. de 21,4 nudos/h. 208 m. de eslora y 29 de manga, con 12 cubiertas.....un gigante del mar  que apabulla. 

 Y desembarcamos en Mikonos nuestra primera singladura, bulliciosa, comercial y famosa por su marcha nocturna, llena de tiendas de marcas y con un precioso paseo marítimo. 

Desde el Horizon nos trasladamos a Jora la capital a bordo de rápidas lanchas que hacían aún más placentero el viaje, aunque había fuertes medidas de seguridad y todo el tiempo debíamos pasar estrictos controles.

 El turismo es la actividad dominante, ahora se han puesto de moda los cruceros y aunque no había barcos tan grandes como el nuestro, las multitudes eran continuas, y el calor muy sofocante, pero siempre había una brisa que nos alegraba el momento. 

Restos de edificios clásicos que ahora se han convertido en hoteles, bares, restaurantes, la única actividad de toda la isla. 

Y la playita donde nos bañamos, para mitigar los recorridos por toda la isla en la que no vimos grandes cosas a parte de las casitas blancas encaladas en cal y que se repite en todas las demás islas, salvando la armonía del caos urbanístico que hay en España. Con una sola altura por la frecuencia de movimientos sísmicos.   

Mykonos parece que significa montón de piedras o de serpientes que también llenaban las islas. Las Cícladas son todas áridas, sin lluvias y pedregosas. 

 Visitamos el monasterio Tourliani, la religión es ortodoxa y tienen su propia iconografía y liturgia, sus popes o sacerdotes se casan, aunque no los monjes. 

En el spa del barco, luego usábamos la piscina para tonificar los músculos, donde el agua del mar estaba más fresca. 

Y sus famosos molinos enclavados en una colina desde donde se divisa una gran panorámica. Y seguiremos con las otras islas.